domingo, 29 de julio de 2012

EL DIAMANTE Y EL BAMBÜ.

   No hay estrellas ...
   La noche se ha colocado una oscura capa, embellecida
con hilos de luna, con matices de tenues colores
y arabescos caprichosos.
   A lo lejos ... una sola burbuja
un solo temblor.
   Los pájaros guardan silencio, al abrigo de sus alas medrosas.
   A través del cristal biselado, una vara de bambú
esconde su belleza, su altivez, su finura, los detalles susurrantes.
   Lentamente se aquietan los pensares, los sueños ausentes,
el doloroso extrañamiento.
   No hay estrellas ...sólo el bellísimo diamante
tallado en sus rayos de eternidad.
  Y una vara de bambú, que no es una cualquiera.
   La vara de bambú de la buena suerte.


          LA PALABRA ESPERANZA RESUCITA. 

3 comentarios:

  1. Me gusta el bambú, me gustan tus palabras tan lindas y bien escritas y este lugar donde se respira paz...¡gracias por compartir! te quiero mucho (Nana)

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    1. GRACIAS por seguirme NANA ¡sos un sol ! Mi vara de bambú está preciosa, tiene muchas hojitas nuevas, las sellan en el corte y los brotes son laterales, pero sigue sola. Aún no puedo comprarle compañeras.Ya llegarán.TODO LLEGA. Muchos besos de luz para vos y tus niños.

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  2. Cuando empecé a estudiar nuestro profesor nos contó un cuento zen sobre el bambú que me sirvió cuando quería abandonar la carrera por diversos problemas, trata de la perseverancia para ver finalmente resultados. Ahora lo busque y me gustaría compartirlo contigo, es un poco largo pero sé que vos lo vas a leer =)

    Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
    Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
    Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!
    ¿Tardó solo seis semanas crecer?.
    No. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
    Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
    Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.

    (Cuento Zen)

    Un abrazo grande !!!

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