miércoles, 7 de marzo de 2012

La tormenta ...

A veces toca pelearse. Con Dios. Con uno mismo, con las circunstancias. No pasa nada. Como Jesús en el desierto, luchando con sus demonios.
   Como tantos otros hombres y mujeres que tienen que plantar cara al miedo, a la incertidumbre , al no saber.
   Peleamos por creer, por acertar, por encontrar un lugar en el que asentar la tienda en este mundo.
   Peleamos para encajar con otros.
   Peleamos - ojalá - por aquellos por quien nadie pelea.
   Por entender el evangelio.
   Y esa pelea se hace a la intemperie. En tierra de nadie ..., donde no manda la tranquilidad, las certidumbres serenas. ni las seguridades, sino la fragilidad y el no saber.
          ( de CENTRO IGNACIANO DE ESPIRITUALIDAD MEXICO )