domingo, 4 de noviembre de 2012

ES ESTE CANSANCIO ...

         EL KARMA.

   El karma es como una flecha que ha sido disparada. Nadie puede detener el karma que ya hemos generado.
   Sai Baba dice : un acto de comprensión, de servicio por día, limpia de negatividades kármicas acumuladas en el pasado.

   Einstein contaba con su humor e ironía característica, que si un animal cualquiera pasa por una corriente eléctrica y quema una parte de su cuerpo, jamás en su ciclo vital volvería a acercarse al lugar y repetir la instancia. En cambio, el hombre, poseedor de la corteza cerebral, del hipotálamo, del entendimiento, es el único animal que una vez quemado, retoma la experiencia, por rebeldía y orgullo, para ver si la próxima vez sale indemne, o por tozudez, queriendo vencer y atacar la fuente que lo acaba de dañar, o simplemente por estupidez y olvido de que allí se hallaba en peligro.


   Esto, simbólicamente, describe los sufrimientos cotidianos que parecemos repetir en forma insólita, los mismos miedos, la misma autodestrucción en relaciones enfermas, la misma ira, el desprecio, el resentimiento, el engaño, la mentira, el descuido corporal, y todo eso genera un karma rápido del que no podemos escapar.

   ( De "Un mundo mejor " revista de Claudio M. Domínguez. )


                     ES ESTE CANSANCIO ...

                          "Fuera de tí, no hay refugio"  SAI BABA.

   En pleno mediodía, echadas a volar del campanario, campanas y palomas, el viento acarrea el tufo de mi desgracia, lo siento desde lejos, vislumbro su cercanía.
   Ya no sé lo que  busca esta nostalgia atrapándome con un retorcijón de soledad que se pega a mis entrañas en un hábito repetido. Ni el rumor de rezos plañideros, salpicados de incienso, logra detenerla. Avanza en oleadas y en compañía de un concierto de miserias.
   A veces, abrasadas por un fuego de compasión, me defienden las fórmulas mágicas que aprendí para desatar los nudos de mi karma y curar naufragios del alma, aunque no existen conjuros eficaces ni consuelo en estos negros pensamientos, males abrumadores, que se convierten en una urdimbre de ardides, desatadores de un remolino de emociones, de pérdidas calladas, de sentimientos confusos, del dolor por la juventud malgastada, de todo aquello que pudo ser y no fue.
   Y así ando, con este cansancio, tropezando con mi sombra, sin llegar a ninguna parte, porque en la vida se camina nomás ...
   De sorpresa en sorpresa va mi destino, de súbito virando, levantando tempestades y al rato, volviéndose a la calma.
   No sé en qué vuelta del camino, se me perdió la persona que yo era, risa y gozo. No sé cuándo el mundo se me puso vuelto al revés, cansancio y penares.
   Ahora me duele el cuerpo de pura y simple soledad.
   Mi espíritu vaga por otra parte, presto a partir, queriendo bajarse en la próxima estación.
   Es este cansancio ...