lunes, 4 de noviembre de 2013

LAS CARICIAS:

Te escribo para decirte que tengo tus caricias.
No sé por qué se han venido conmigo.
Adonde voy me siguen . pero yo no las quiero
y no puedo deshacerme de ellas por eso te ruego
que vengas a buscarlas.

Desde la primera noche se instalaron aquí.
Hemos hecho las cosas bien., con mucho cuidado
, no sé por dónde se colaron . Es verdad que eran
muy usadas y deben extrañar , pero un año es 
suficiente para que me dejen en paz y se marchen. 
Que me dejen vivir, en soledad ...
Si hoy te escribo es porque no sé más qué hacer
con estas caricias.
Necesito que me ayudes. Que me digas qué medidas
debo tomar. Siempre fuiste bueno aconsejándome
Están empeñadas en quedarse y no hay fuerza 
que pueda espantarlas. Además son insolentes 
y atrevidas y suelen ponerse entre los pliegues
de mis sábanas de seda.
Increíblemente conservan tu perfume impregnado
y mantiene vivo en mi corazón muchos recuerdos.
¡Llévatelas, por favor ...!!
Puedes venir cuando no estoy , te las llevas y tal vez
puedas usarlas con algunas de tus amigas. 
Esas, a quien regalas piropos . Esas que te buscan
como las abejas a la miel.
Si llegaras a venir y te encuentras conmigo, te abrazaré  
bien fuerte , como lo hice tantas veces, durante tantos
años. Nada más existirá ...
Te lo ruego...!!
Prepara tu corazón con esa ternura que derramabas 
sobre mí cuando me amabas . Luego, vete ...
¡Llévate la caricias !!
Olvídame y yo te olvidaré ...!!
                  María del Carmen Názer.