Oh Gran Espíritu, cuya voz oigo en el viento
y cuyo respiro da vida a todo el universo.
Oyeme. Soy pequeño y débil.
Uno de tus muchos hijos.
Déjame pasear en la belleza
y permíteme que mis ojos siempre
puedan contemplar el rojo
y el púrpura de la puesta del sol.
Has que mis manos respeten
las muchas cosas que Tú has creado
y agudiza mis oídos para oír tu voz.
Hazme sabio para comprender
todas las lecciones que Tú has escondido
detrás de cada hoja y de cada roca.
Dame fuerza para no ser más fuerte
que mi hermano
sino para luchar contra mi peor enemigo: yo mismo.
Y hazme siempre listo para ir ante Ti
con las manos limpias
y la mirada recta
para que cuando la luz se desvanezca
como se desvanece la puesta de sol
mi Espíritu pueda llegar
ante Tí, sin ninguna vergüenza.
PRECIOSO ¡MENUDO DIAMANTE ES TU BLOG! yo lo veo todos los días, el brillante digo, TU diamante, no busques más, ¡es tu corazón!(NaNa)
ResponderEliminarTu corazón es por demás generoso. Gracias Nana. no la estoy pasando bien. Hoy siento fuertes dolores . Los ofrezco a la Virgen por mi hijo amado. Lo extraño mucho.Te mando un beso de luz. <3 Que Dios te bendiga.
Eliminargracias por esta oración hermoza estoy en una situación difícil necesito unas palabras de consuelo y ya me las dieron al leerlo.
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