Estas cuestiones de extrañar
le ponen un dolor resbalado a su mirada,
la llevan a su remota infancia
a los días que amontonaba juegos y risas.
Así que hoy, Noche de Reyes, ha decidido
valientemente, poner sus sandalias de colores,
aún sin estrenar a la espera de los Reyes,
con el agregado de una esquela breve y perfumada.
Queridos Reyes Magos
En nombre de esa niña escandalosamente soñadora
que les dio de comer hierba fresca con gotas de rocío
y de beber agua clara , tantas y tantas noches de
cada cinco de enero, me atrevo a pedirles apenas
dos sueños:
un rosario de caracolas que huelan a mar y a sal
y un atardecer sevillano.
Muchas gracias y hasta el año que viene, si Dios
así lo permite.
María del Carmen.