sobre su corazón
y es bálsamo de hierba
rociada en aloé
llamador de la buena suerte.
Cae la tarde azul oro.
En la delicada tejedora
de reclamos poéticos
se pasea la melancolía.
Despierta el hambre de ternura
y se esconde en sus brazos
para que no se le vuele el alma...