Permítanme tocar suavemente
su corazón en el saludo ".
( Nativos del Japón )
He visto en sueños una inocente niña de diamante puro , que huele a sales de mar. Sus pasos se parecen a un suspiro y mi corazón se estremece con su risa de cristal.
Me despierto. Se desnuda la mañana. Una mañana dulce abriéndose
en un abanico de luces de colores , naranja, rosa, violeta , tonos envolventes y acariciadores.
Un concierto de jacintos azules besa el aire.
Tú, que dices que me amas, llévame a esa isla de ensueños, donde no existe la tristeza , donde el dolor huye descalzo hacia otras latitudes.
Llévame allá, donde pueda mitigar la nostalgia de mis años de salud.
Tú, que dices que me amas , lleva mis dolores a un mar de eternidades y de espumas.
Llévalos y déjalos morir. ...
María del Carmen Názer.
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