¡Ay, amor ...!
¿ por qué me buscas
ahora que ya es tarde ?
¿ ahora que hasta me duele
el aire ?
Has visto que al principio
sólo fue un juego
un silencioso suspirar
embriagadores versos
y me dejaste seguir
audaz y alegre...
Permitiste que su nombre
fuera fresa madura
entre mis labios
y repetirlo me costara nada.
Ahora ... ¡qué hago con mis sueños ?
¿dónde guardo el miedo
el abandono y mi tormento...?
¡Ay, amor ...!
María del Carmen Názer.