Mis ojos van
de estrella a estrella ...
se asemejan a ellos ...
cada uno y su luz ...
¡son incontables ...
universo de luces
cientos de niños
que amé
y me han amado ...
gotas de jade
palomitas de azúcar
habitan en mi sangre
en mis entrañas
y en mis huesos.
Mi alma vuela
burbujeante de dicha
entre risas y besos
recordándolos ...
Mi alma y su belleza
de pájaro de sol.
En el Día del Maestro, mi humilde homenaje
a mis niños y a mis colegas. Todos los que han compartido
esta larga vida mía.