Al despertar cada mañana
con el primer suspiro
invoco tu nombre.
Mi piel revive aquel otoño
el del alma desnuda
el de tu aliento sobre mí
el de los besos y caricias hechiceras
de los mordiscos, de los ayes de placer
sobre el tapiz de las hojas de mayo.
¡Devuélveme el diamante de mis sueños
el que hurtaste a la sombra de mi alma
cuando el amor se hizo silencio
y las palabras se fueron
libres como la nada.
¿Devuélveme la vida ...!!!!