INOCENCIA.
¡Ay, mi niña de candores
de ángeles, de hadas
que respiras mis historias
y me habitas !...
Eres mi premio mayor
un capullo de inocencia
a medio abrir, entre mis dedos
una gota de lluvia
atrapada entre sus pétalos
un relámpago brillante
que encandila
como la luz de un faro.
Hoy mi vejez te dice gracias
sosegada, en paz...
Mis heridas sangrantes
no acabaron con mi candidez
sólo fueron manchas negras
que se perdieron en el infinito.
Mi esencia sigue viva
abrazada a mi inocencia
de cristales y diamantes.
Ay, mi niña de candores
de ángeles, de hadas
que respiras mis historias
y me habitas !...