Procuro no dolerme
pero la pena no ceja.
Me gustaría
surcar el cielo
sobre las alas del viento.
Volver a ser
aquélla que yo he sido
mas no encuentro
el camino del retorno.
Los años desfallecen
como el sereno de la mañana.
La luna brilla
blanca como de jade
y se bebe mis sueños
que zarpan
hacia la barcaza de oro
y resbalan delicadamente
por el río de aguas dulces
que la mecen.