Has levantado para mí
con tus propias manos
una cabaña de luces
tejiste una hamaca
del color de las estrellas
y con esa voz que tienes
solemne y dulce
sosteniéndome en el hueco
de tus brazos, delicadamente
me contaste historias
que dicen del mar
de sus oleajes
de su playa dorada
del este y del oeste
me llevaste hasta la luna .
La nostalgia que tanto dolía
se fue alejando despacito.
Ahora sé que el cielo está
allí, donde estás tú.
Ahora sé que estoy en el lugar
en el que quiero estar.
María del Carmen Názer.