Un 2 de febrero de 1962 me casé. Estas palabras son para Angel, mi amor, el padre de mis hijos.
Nadie me amó
ni me amará
como me amaste.
¡Me querías tanto ...!
Sabías que era adicta al amor
y mantenías el cuenco rebosando ...
Me guardabas en la palma de tu mano
como a las perlas ... decías.
Me protegiste de todos los vientos
de todas las tempestades.
Eras mi nido
allí me cobijabas.
Te amaba a borbotones
este amor tenía sus raíces
en mis entrañas.
Cuando te fuiste
mi corazón quedó deshecho.
En mi guarida, yo lamía mis heridas.
Caminé por desiertos áridos
atravesé mis propios infiernos
Fui cenizas
para luego renacer.
Lo he logrado
siempre con dolor.
Te sigo amando
te guardo en una estrella
que aparece con el alba
brillante, diamantina
acaricia mi alma
y delicadamente
va curando mis heridas.