BARCO.
Encontré un barco.
Pequeñito. Triste.
Un barco de papel.
Surcaba las aguas dulces
de mi río.
Despacito ...
como queriendo quedarse
pero pasó ...
todo termina por pasar.
Ya no está.
Se fue.
Sin dejar rastro.
Esperé y esperé ...
Cuando la luna
se acostó en el río
pensé en lo inevitable.
Un millar de destellos
cruzaron raudos la arena blanca.
Este pequeño poema es para Ezequiel,
mi nieto mayor que está surcando
las saladas aguas del Océano Atlántico.
"Nada puede compararse a la mágica
sensación , al gozo que sientes cuando
miras las estrellas por las noches,
desde el corazón del mar " dijo.
( Lo que se hereda no se hurta )