" Se llega al país del amor pasando por el país del sufrimiento.
Tu corazón te llevará a un vasto desierto. Al comienzo, padecerás la soledad ...pero el desierto florecerá a causa de tu amor ...y habrá música... y será primavera para siempre.
Consíguete el único alimento " sano " : el amor.
Y, cuando no desees nada ni a nadie.¡ serás verdaderamente libre !
Después, caminarás sobre las aguas ..."
ANTHONY DE MELLO.
Descanso la mirada sobre los cientos de encrespados árboles cubiertos a medias por la niebla. Escucho el ronroneo del viento barriendo los caminos. Los truenos amenazantes, el trinar de pájaros alborotados buscando refugio y una lluvia fría que troca en aguacero y cae convirtiendo en sombras los animales y los pastos. Como una alfombra policolor aparecen dibujadas en ella figuras extrañas formadas con los pétalos que se dispersan y el pasturaje es un inmenso cuadro pintado al óleo.
Declina el día. Declina mi vida.Asoma la luna de verano. Hay un perfume de hierbas en cada cosa.
La cabaña es simple y despojada, toda de piedras salpicadas y mucha madera, lo que la hace más acogedora y cálida.
Durante el día, me siento en la galería, con mi caniche pegada a mí y a mi alma. Tomo mis pensamientos con toda ternura y en absoluta soledad disfruto de mis breves vaciones otoñales.
Vine a encontrarme conmigo y con Dios. A tirar por la borda aquellos pensamientos que no sirven para nada y guardarme los que me ayudan a seguir la vida.
Busco entrar en mí misma, para encontrar la paz. Quiero desatar los nudos que me amarran a la malaventura.
La lluvia ya es memoria, así es acá. Parecería que cae el mar de arriba y en un instante NADA.
Quiero ordenar mi otoño con extrema dulzura y piedad.
No me llevará tanto tiempo. Tan pronto se abran los capullos y desaparezca el viso del sereno sobre el follaje, sólo perdurará la huella de mi batalla , mientras una cigarra canta al postrimero sol.